No podemos actuar con indiferencia ante la situación educativa que se está dando en España. Es obvio que existen bastantes dificultades y que no se está realizando de la mejor manera posible, muchos centros se acomodan a lo que ya existe, a lo fácil, sin intentar innovar, cambiar, sin arriesgarse, sin cometer errores aunque se aprendan de ellos. Y es completamente necesario que se produzca un cambio en la educación pero un cambio supone innovar, crear y arriesgarse. Si es cierto que a lo largo de la historia se han producido cambios en la educación pero estos siempre se han originado por gente de poder, gente superior, muy pocos han sido los producidos por el propio maestro, por aquel que conoce la realidad de la sociedad y también la realidad de los niños, si queremos una mejora en la educación entonces nosotras, que somos las futuras maestras, debemos tener unos conocimientos claros y unas ganas de proponer cosas nuevas, y que estos aspectos a mejorar primero se encuentren en nuestra mente, y estos cambios los expresemos y los llevemos a la realidad, porque es a través de un cambio horizontal desde donde todo puede cambiar. Esto es lo que proponen las organizaciones que aprenden, entendido como modelo a seguir para alcanzar los objetivos comentados anteriormente, pero todo modelo es algo teórico, que no se sigue a la perfección, puesto que los alumnos, los docentes, los centros y la sociedad dispone de una serie de limitaciones. Es como el deseo y la realidad.
Actualmente si tratamos de pensar cómo son las escuelas, todas o la gran mayoría, buscan que sus alumnos obtengan el mayor éxito posible, y esto está muy bien, de echo debería ser el objetivo de toda escuela, pero a mi parecer considero que este éxito no debe referirse a unas notas académicas, como ocurre en la actualidad, sino más orientado hacia un éxito personal, de superación del propio alumno, de la formación de personas cuyo desarrollo se encuentre construido en una base de valores y de comportamientos adecuados. Y aunque la educación es un modelo ideológico que refleja la sociedad, también puede dotarse a los alumnos de un juicio crítico para que ellos mismos sean capaz de entender lo que está ocurriendo y sean capaces de pensar y reflexionar sobre la sociedad que ellos quieren, despertando en ellos una lucha por querer mejorar la sociedad en la que viven y en la que vivirán. Y para conseguir todo esto, para aprender de verdad, debe hacerse de manera grupal, y corrijo esto, de manera cooperativa, como ya comenté en otra de mis reflexiones es el camino lo que enriquece, es el compartir lo que vale, no el objetivo final o conseguirlo individualmente. Por ello ha de conseguirse que los centros educativos sean organizaciones que aprenden, dotar de importancia el trabajar de modo conjunto, aprender en el proceso de trabajo y considerar el cambio como aprendizaje, si queremos que los niños aprendan deberemos actuar de tal manera que sirvamos de referentes, es decir, que primero deben aprender los docentes. Para que estos últimos aprendan es necesario hacer un uso intencional de los procesos de aprendizaje, saber qué se está haciendo, por qué y para qué, todo lo que en un futuro hagamos en nuestra vida profesional debe entrelazarse, debe tener un sentido, debemos saber de donde partimos y a donde queremos llegar.
Para que todo esto se lleve a cabo es necesario un cambio espectacular en la educación, un cambio en las mentes de los docentes, un cambio en el centro, la creación de nuevos materiales, centrándose todo ello en lo verdaderamente esencial, aquello que puede generar un cambio, cambio entendido como una innovación que perdure en el tiempo y que en un futura pueda volver a mejorarse, apartando el miedo de la equivocación, puesto que de los errores también se aprende.
La conclusión que saco yo de las palabras de Antonio Bolivar es que debemos estar dispuestos a cambiar, a llevar nuestras ideas de mejora y cambio al centro en el que en un futuro nos encontremos, pero no servirá si actuamos solos, necesitamos de los demás, si queremos que la educación cambie y que por lo tanto mejore, es de vital importancia el trabajo cooperativo, y sobretodo arriesgarse y luchar por aquello que creemos posible.
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