La conclusión que me ha ofrecido leer el texto de Antonio Bolívar de "Los centros como organizaciones que aprenden: una mirada crítica", ha sido que los centros educativas tienen la necesidad de cambiar; y que este cambio viene dado para dar respuesta a las demandas sociales y educativas que se están manifestando en nuestro país.
Y digo en nuestro país porque son las organizaciones educativas quienes tienen la oportunidad de disminuir el elevado porcentaje de fracaso escolar que emerge en nuestra sociedad, y de elevar la poca motivación que se establece en los alumnos a la hora de estudiar.
Solo haciendo de los centros educativos, organizaciones que aprenden, podremos lograr combatir estos sucesos.
Y para ello, Bolívar me ha mostrado que, los objetivos que estas organizaciones deben aplicar son cambios autónomos, que surjan de la propia identidad docente, no impuestos por aquellos que creen saber como combatir la situación, si no desde una perspectiva horizontal, de los maestros, pues son ellos quienes afrontan el día a día de los alumnos, y solo ellos conocen cómo traban y cuáles son las medidas necesarias para establecer ese cambio tan necesario para la educación y por consiguiente para la sociedad.
Además, y de acuerdo con Bolívar, si queremos que este proyecto salga adelante, es necesaria la asistencia de un trabajo cooperativo, de práctica y colaboración conjunta, que se coordine y lleve acuerdo los cambios a realizar; porque es obvio que no basta con que solo un centro establezca estos cambios, ni que en un centro sea un solo profesor el que los aplique, si no que la sociedad educativa en sí, debe aplicar nuevos métodos y nuevas actividades para los alumnos, fomentar la creatividad, dejando atrás la rutinización llevada a cabo por los profesores, dejando atrás la desmotivación de los mismos a la hora de dar clase, la centralización excesiva de alumnos por aula y la descoordinación de los profesores a la hora de trabajar.
Todo esto, me conciencia ahora durante mis estudios, que yo junto con mis futuros y futuras compañeros/as de oficio, y junto al centro en el que algún día espero trabajar, de que los cambios hay que establecerlos ya, cuanto antes, y que para eso, no solo yo, (y si así fuera, concienciar a mis compañeros docentes y al centro) si no todos los profesionales de educación debemos tener presentes; debemos concienciarnos de que nuestra sociedad necesita cambios, y que somos nosotros, los docentes, quienes podemos hacer efectivos esos cambios.
A partir del texto sé que el aprendizaje organizativo no es un cúmulo de aprendizajes individuales, si no un aprendizaje de colaboración entre los miembros de una comunidad educativa, un aprendizaje en el que alumnos, profesores y directivos aprendan gracias a otros alumnos, otros profesores y con otros directivos.
Tal vez no sepa definir con exactitud el concepto de organizacion que aprende, pero sí lo que se debe hacer para que las organizaiones educativas se conviertan en organizaciones que aprenden.
Antonio Bolivar me ha concienciado de que los cambios necesarios en educación nos concierne a todos los y las futuros/as maestros/as y a los que ya ejercen, con la finalidad de conseguir los cambios deseados: establecer nuevas competencias educativas y corregir errores y resolver sus problemas de un modo creativo y el colaboración.
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