La visita el Colegio fue una experiencia más que enriquecedora.
Cuando nos disponíamos a escuchar la “charla” no esperábamos que fueran ¡los propios alumnos quienes nos darían la conferencia del colegio!
En primer lugar, eso ya fue algo espectacular e inesperado aunque ya sabíamos de antemano, por Virtudes, Víctor y Esther, que la ruptura con lo tradicional es la esencia del Maestra Plácida.
Pero eso no fue lo mejor, todas quedamos impresionadas con la cantidad de actividades que el centro proponía para los alumnos. Podría enumerarlas pero las resumo diciendo que en todas ellas destacaba una grata convivencia, el respeto, la tolerancia y la disciplina.
Más concretamente los chicos nos comentaron todo aquello que hacían respecto a la convivencia. Parecía increíble, que los propios alumnos (en este caso los de 6º curso) fueran los mediadores de todos los ciclos; resolviendo conflictos y evitando problemáticas entre alumnos. Ellos, y en algún caso con ayuda del profesor, mediaban con los alumnos y su labor era más que eficiente.
Comento todo con cierto entusiasmo porque creo que de esta forma no solo se resuelven conflictos, sino que hace que el propio alumno sea el mediador que lleva el mando de una responsabilidad tan grande como es la de hacer que todos los alumnos convivan juntos en una organización tan grande y de manera pacífica.
Este tipo de acciones motivan al alumno para incentivar y mejorar sus actos, sintiéndose responsables y útiles.
Pero no solo estos alumnos mediadores tienen responsabilidades, sino que todos los alumnos están comprometidos a llevar a cabo una eficiente convivencia y sabiendo que sus acciones involucran a todo el grupo.
Me parece que lo que el Maestra Plácida hace es algo por lo que el resto de colegios deberían tomar ejemplo, pues no solo sale ganando el centro sino que los que más ganan son los propios alumnos, formándose como estudiantes pero también como ciudadanos.
Todos colaboran con todos, realizan actividades juntos, ya sean del mismo ciclo o de todo el centro.
Las asignaturas están en muchos casos compaginadas, haciendo más dinámico el ambiente y el aprendizaje.
Otro aspecto que rompe con esa tradición son los recreos. Los recreos del Maestra no son como los demás. Forman parte de la educación.
¡Quien lo iba a decir!, que el lugar del juego y el descanso se convierta en un área más de aprendizaje… pero sí, el Maestra lo ha conseguido y hemos tenido la suerte de verlo nosotras mismas.
La hora de información por radio, coro Plácida, teatros, telares, grupos ecologistas, alumnos mediadores, secretarios, idiomas… en definitiva: cambios, remodelación, novedad.
El Maestra ha visto que la sociedad cambia, y ha querido que la educación que imparten como centro escolar, la acompañe, por esta razón es por la que el Maestra Plácida actúa de esta manera; porque se niega a permanecer anclado en el tiempo, viendo como toda la sociedad cambia. Y para que las personas se adapten al cambio, entonces habrá que comenzar por la educación, para formar personas acorde con lo que viven fuera de la escuela.
Ya por último me gustaría desatacar la fabulosa actuación que comete el centro ante la atención a la diversidad. Los ejemplos que nos han mostrado, como lo vivido el día de la visita, son de sobresaliente. Atienden a la diversidad como tienen que hacerlo, con naturalidad y respeto.
Acabo diciendo que este es un ejemplo de colegio, en el que al menos yo, pretendo lograr trabajar algún día. Porque nos están enseñando para esto, para hacer lo que hace el Maestra Plácida, porque queremos trabajar así, y ya no solo porque nos preparan para ello, sino porque es lo justo, y lo creativo a lo que aspiro conseguir algún día.
Y por supuesto qué mejor sitio para trabajar que el colegio en el que recibí toda mi educación básica y del que me siento muy orgullosa.