Este cortometraje trata sobre Daniel, un chaval autista que encuentra en el atletismo su forma de expresión. En un chico que se enfrenta con valor y mucha fuerza a sus diversidades haciendo lo que más le gusta, correr. Por ello, a pesar de que tiene una lesión muscular, compite en una carrera con otros discapacitados ayudado por su hermano.
Comienza la carrera y todo va bien, incluso va ganando, pero de repente todo cambia cuando cae al suelo debido a la lesión. Los compañeros siguen corriendo hasta que se dan cuenta de su caída. Una de ellas se da la vuelta, le sujeta, y le dice que va a ser el ganador. Entonces se les unen el resto de los compañeros, y junto a Daniel, entran todos a la vez por la meta.
Este corto me sirve para reflexionar acerca de la escuela inclusiva, ya trabajada en clase, donde todos tienen oportunidades, todos pueden llegan a una meta.
Es preciso avanzar hacia el desarrollo de escuelas más inclusivas que eduquen en la diversidad y que entiendan ésta como una fuente de enriquecimiento para el aprendizaje y los procesos de enseñanza. Todas las escuelas deben acoger a todos los niños independientemente de sus condiciones personales, culturales o sociales; niños discapacitados y bien dotados, niños de la calle, de minorías étnicas, lingüísticas o culturales, de zonas desfavorecidas o marginales, lo cual plantea un reto importante para los sistemas educativos.
La inclusión no tiene que ver sólo con el acceso de los alumnos y alumnas con discapacidad a las escuelas comunes, sino con eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado.
Las escuelas inclusivas representan un marco favorable para asegurar la igualdad de oportunidades y la plena participación, contribuyen a una educación más personalizada, fomentan la colaboración entre todos los miembros de la comunidad escolar y constituyen un paso esencial para avanzar hacia sociedades más inclusivas y democráticas.
Pienso que es muy importante que todas las escuelas sean inclusivas. En un futuro, cuando sea maestra me enfrentare en ocasiones a dilemas éticos, si me cayo, o no cayo, llamo la atención o no, si me implico… pero lo que sí sé que es importante, es actuar ante los problemas que presentan los niños con mayores dificultades. Es necesario ser consciente de la realidad, de saber lo que de verdad existe para así poder reaccionar, ya que según vemos y sentimos, así actuamos, es decir, si yo no veo desigualdades, injusticias… sino lo he pensado antes, no veré el problema y no lo afrontare poniendo soluciones. Como profesional considero que hay que pensar estas cosas y meditarlas para poder actuar.
En conclusión, me parece un cortometraje muy emocionante, donde se ve claramente la lucha a pesar de las dificultades. Tras visionarlo, te lleva a la reflexión sobre este tema, la inclusión y la necesidad de prestar ayuda a las personas con dificultades. Además pensé cuando lo vi que quienes somos los profesores para dar o quitar oportunidades. En un principio el médico le ponía serias barreras para poder correr, pero el resultado, a pesar de su lesión, fue favorecedor ya que las personas han de actuar según se sientan, y si ese niño, Daniel, quería correr, ¿por qué no dejarle? Sí que hay que hacerle consciente de lo que le puede desencadenar, pero la última palabra la tenemos nosotros mismos, y nadie ha de decirnos lo que tenemos que hacer.
Isabel Puerta García
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