Reflexionando a cerca de todo lo que se dice en el texto, te das cuenta de que en la organización de las instituciones educativas influyen numerosos factores, siendo éstos más complejos de lo que parecen a simple vista.
No resulta un trabajo fácil llevar el peso que supone la organización de un colegio o un instituto, y saber que en tus manos y en las de otros, por decirlo de alguna manera, está el hecho de que muchos de tus alumnos/as aprendan para un futuro próximo o no lo hagan como deberían por diferentes motivos referidos al centro al que asisten.
Para que un centro educativo funcione adecuadamente, es necesario que todos los miembros del centro funcionen correctamente, pero no solo eso, sino que todos ellos muestren verdadero interés e implicación en su trabajo y se preocupen por ciertos aspectos referidos a sus alumnos/as.
A todo esto debemos sumarle otros factores que en muchas ocasiones influyen como el contexto, es decir la ubicación del centro. Esto hace que los centros sean muy diferentes.
La primera finalidad de todos los agentes educativos debe ser el correcto aprendizaje de los alumnos y alumnas del centro.
Para que todo esto sea posible debe de haber una alteración en las creencias del profesorado y un diseño de los nuevos materiales. La sociedad debe avanzar, y pienso que la formación de los profesores también, ya que muchos de los actuales están “estancados” en una serie de pensamientos y valores.
La realidad es que estos valores están evolucionando, pero si los profesores no lo hacen también, si no trabajan todos juntos de manera cooperativa, no se puede conseguir una “escuela que aprenda”.
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