En relación con la reflexión anterior, el Maestra Plácida Herranz hizo su segunda visita a la Escuela y en esta ocasión, la escuela inclusiva fue el tema principal que trataron.
En esta ocasión los conocimientos previos al tema de la inclusión ya se manejaban en el grupo pues durante la asignatura se ha hecho referencia en varias ocasiones y en otras asignaturas se ha visto como parte del temario.
Con esto no quiero decir que la visita no fuera interesante ni muchos menos carente de importancia, sino todo lo contrario pues pudimos ver, con la intervención de Esther (orientadora) cómo el colegio lleva a la práctica esta inclusión.
Con cada cosa que Esther anunciaba me sorprendía toda esa capacidad de acción del colegio.
Parecía como que esas cosas no las hace un colegio normal, pero en realidad son las que todos deberían hacer para llegar a atender a todos y cada uno de los alumnos ante la necesidad de sus capacidades individuales.
Me sorprendían y emocionaban tanto los casos reales que nos enseñaban, que mi grado de motivación por pertenecer al cuerpo docente para así poder hacer lo que estos profesores hacían con sus alumnos, era muy elevado; aumentando las ganas de seguir estudiando y llegar a ser y actuar como ellos; porque como ya ha quedado claro, la sociedad debe cambiar, y nosotras como educadoras, tenemos la labor de modificar, siempre que la igualdad y la justicia lo requiera (que en este caso lo están pidiendo a gritos), la conciencia y conducta de nuestros alumnos para que en un futuro se crea una sociedad equitativa y democrática en la que todos nos veamos como personas y no como etiquetas.
La idea principal que tanto Virtudes como Esther nos inculcaron fue que todos, absolutamente todos los alumnos pueden alcanzar el éxito. Y que este debe de ser el principal objetivo de la escuela. Una escuela que responda a las necesidades educativas y no a la tipología del alumno.
Otro de los aspectos a los que quisieron hacer hincapié fue que para que se produjera un aprendizaje efectivo en los alumnos, primero es necesario resolver su competencia emocional y después se debe aplicar competencia conceptual.
Esto quiere decir que para aplicar conceptos, es necesario que antes se hayan analizado los componentes emocionales de los alumnos.
Que aprendan a ser, a conocer, a hacer, a vivir juntos y después que se apliquen conceptos.
Este es otro ejemplo de cómo el Maestra rompe con las rutinas y métodos tradicionales dejando paso a innovaciones y metodologías que buscan lo mejor de cada alumno. Y se favorece como centro, pues nunca dejan de innovar y aprender, y favorecen a los alumnos, sus primordiales objetivos.
Respecto a la convivencia escolar mencionada anteriormente, destaco la labor que hace el colegio sobre este asunto. Creo que no he visto otra institución, en la cual todos, ya les separe la edad, los intereses, o la labor que ejerzan, más unida que el Maestra Plácida.
Según nos cuentan, todos se relacionan con todos, de hecho los mayores (de 6º curso) median entre los pequeños, haciendo más fácil y sencilla la intervención de resolución de problemas.
En definitiva, lo que hoy nos ha mostrado el Maestra una vez más, es que la organización (ya sea relacionada con la inclusión, con la convivencia, con otras instituciones, con las familias…) es que es la base para que todo salga a flote, y que salga de la mejor manera posible, potenciando las cualidades y capacidades de cada uno de sus componentes.
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